Márquez Rodríguez Miriam
Psicóloga Sanitaria en Gurenduz
El amor es un estado físico y mental, dibujado por la cultura, por un lado, y por el otro por la química cerebral. Es un estado difícil de definir, desde el arte; la pintura, el cine la poesía… ha tratado de plasmarse a lo largo de la historia y es evidente que despierta interés y expectación para muchas personas. Así como el arte, la ciencia también ha tratado de explicar este fenómeno, entre otros, psicólogxs y psiquiatras, biólogxs, neurólogxs, antropólogxs…
Desde un punto de vista psicológico podemos entender el amor desde el vínculo. Robert Sternberg (2004) expuso la teoría triangular del amor, en la que describía tres maneras de vincularse; cercanía emocional, atracción sexual y compromiso. El principio de Sternberg afirma que, teniendo los tres componentes, una pareja podría perdurar a lo largo del tiempo.
Diversas investigaciones sugieren, que el amor desde un punto de vista biológico, puede durar en torno a los 4 años. Para esta teoría, el amor solo es un elemento en el que se liberan algunas drogas naturales como las endorfinas, la oxitocina, la vasopresina, la feniletilamina (FEA) y la dopamina, que provocan una serie de reacciones químicas que hacen que la persona tenga ese estado de éxtasis (Germánico Zambrano).
Desde el punto de vista de la cultura, Giddens, se hace evidente que el amor, sea del tipo que sea, se convierte en un relato mediante el cual la persona puede dar sentido a su vida, en la medida en la que se ve reflejada en el otro y puedo construir una realidad. En este punto nace el concepto de la “media naranja”, que se basa en la idea de que el otro ha de reparar la parte “rota” de uno mismo, por lo que se explicaría como un mecanismo de supervivencia (Anthony Giddens).
Después de esta pequeña revisión de la literatura se podría concluir que, la atracción sexual que se da en una primera instancia, podría estar activando en el cerebro esa sensación de éxtasis, que permite ir generando un vínculo de compañerismo y compromiso emocional. Desde Gurenduz, desterramos la idea del amor romántico de la “media naranja” y invitamos a observarnos a nosotrxs mismxs como naranjas enteras que pueden complementarse con otras frutas (una o varias). Lo defendemos así en la medida en la que creemos que poner en el otro la responsabilidad de nuestro propio bienestar supone una carga que podría ser dura de sobrellevar.
No se puede determinar si el amor dura indefinidamente, ya que no existe ninguna fórmula del éxito. Sin embargo, sabemos que el amor es una decisión, y que persona determina si quiere construir la relación. Algunos factores que favorecen que el amor dure son; cuidarse a uno mismx, cuidar la relación, renovarse permanentemente y de manera consciente, cuidar el espacio de desarrollo personal y de desarrollo de la relación, planificación de esos mismos espacios y de las cargas de la familia y/o el hogar. Pero, sobre todo, el cariño, la tolerancia y la comunicación.